martes, 5 de julio de 2016

Formación y Desarrollo del Talento Humano



DIAGNOSTICO DE LAS NECESIDADES DE FORMACIÓN Y POTENCIALIDADES DE DESARROLLO

Resultado de imagen para POTENCIALIDADES DEL TALENTO HUMANOLa formación es vista como un proceso de empoderamiento de los individuos que conforman la organización, pues en la medida que los seres humanos tengan  apropiación de su medio, conozcan su entorno y tengan claridad de quiénes son y qué quieren, se constituirán como seres autónomos, íntegros y con plenas  posibilidades de aportar. A la gestión social le corresponde potenciar la capacidad de los seres humanos. “consiste en una actividad planeada y basada en necesidades reales de una empresa u organización y orientada hacia un cambio en los conocimientos, habilidades y actitudes del colaborador”.
Es indudable que a los individuos que conforman las organizaciones, se les debe brindar espacios de formación como fuentes de apropiación de nuevos conocimientos, pues ello es una contribución de doble vía, de un lado a los trabajadores y de otra a la empresa; así mismo, es vital configurar escenarios para la innovación apoyándose en la investigación, ya que ésta generara impensables aportes de cada una de las personas que conforman la organización.
Las instituciones, sean estas públicas, privadas o incluso ONG, deben delinear y poner en funcionamiento un plan de formación para su talento humano. Dado que éste es un aspecto vital para alcanzar una perspectiva de desarrollo social, de equidad e inclusión sostenible en el tiempo; la responsabilidad social debe involucrar el compromiso de todos los sectores de la sociedad en sus diferentes espacios y ámbitos de actuación: con la comunidad, con su medio ambiente, con otras organizaciones y con el entorno organizacional. Es por ello que se debe propender por una co-responsabilidad social que conlleve a mejorar la calidad de vida, tanto de las personas que integran las organizaciones e instituciones como las de la comunidad local, regional y nacional.
La formación debe ser proporcional a las necesidades de la empresa. En relación no sólo a los problemas que se presenten, sino también a la rentabilidad de la misma. El coste de la formación deberá ser cubierto con los beneficios que ella producirá.

Detección de las necesidades formativas

La formación responde a una necesidad de la empresa que necesita encontrar su justificación económica, por lo que debe responder a una necesidad concreta de la empresa, la cual puede variar mucho de una empresa a otra debido a su dimensión, estructura, posición en el mercado...Igualmente dichas necesidades pueden responder a muy distintos motivos según el momento –expansión o crisis -, tipo de problema, su urgencia y grado prioridad, etc.
Por tanto, la formación, como un instrumento para la resolución de problemas en el seno de las organizaciones, puede adoptar dos enfoques diferentes: -Formación preventiva: trata de corregir aquellas situaciones de riesgo que provocan los problemas. Para ello realiza un análisis detallado y continuado de los conocimientos y capacidades requeridas para cumplir o desempeñar eficazmente las tareas del puesto. Lo cual implica:

ü  Dominio de los conocimientos del personal: la formación preventiva dará todas las informaciones e instrucciones necesarias para que el empleado sepa LO QUE DEBE HACER, CUÁNDO Y CÓMO HACERLO.
ü  Dominio de las capacidades del personal: la formación preventiva tienen por finalidad desarrollar la capacidad del trabajador para que sepa verdaderamente HACER LO QUE HA DE HACER.
ü  Dominio del comportamiento del personal: la formación preventiva tiende a motivar al individuo y a favorecer su integración en la empresa.
ü  Formación periódica: Trata de adecuar en todo momento de la vida de la empresa los hechos relativos al rendimiento con los niveles teóricos o ideales de rendimiento, definidos previamente. Para ello, aplicará un control periódico y regular a todos aquellos aspectos de la organización que tiene que ver con el rendimiento: cantidad y calidad de producción, costes de mantenimiento, etc., y todo ello, por departamentos o unidades de la empresa.

PARTICIPACIÓN Y ELABORACIÓN  DE PROGRAMAS DE FORMACIÓN

Las organizaciones productivas y sociales, tienen un gran compromiso y una responsabilidad social con el país, la sociedad y con su medio ambiente en los procesos de formación que requiere su talento humano, pues ello es parte vital de las diversas fuerzas económicas, políticas, culturales y sociales en las que actúan. Por tal razón, los procesos de gestión no pueden permanecer ajenos a las condiciones que hoy se viven, simplemente cumpliendo por acción o por reacción de forma mecánica con cursos o talleres que no aportan en la construcción de empresa, sociedad y cultura; es así como por la formación debe ser entendida como un proceso de largo alcance y gran importancia, que debe ir de la mano con el desarrollo de la investigación social.
Es triple la perspectiva que toma la formación en la empresa:

a) Formación en cuanto a conocimientos y capacidades.
b) Formación en cuanto a sus actitudes tanto individuales, como por ser miembro de un grupo de trabajo.
c) Formación en cuanto a miembro de una organización empresarial, alcanzándose no sólo una mayor eficacia económica, sino también un mejor clima social.

ESTRATEGIAS PARA LA FORMACIÓN DEL TALENTO

Resultado de imagen para POTENCIALIDADES DEL TALENTO HUMANOClaves para gestionar el talento humano

La mayoría de empresas cuentan entre su propio equipo profesionales con el talento suficiente para trabajar con calidad y conseguir buenos resultados empresariales. Por lo tanto, antes de buscar fuera ese talento, a veces resulta más rentable y efectivo gestionar adecuadamente el que tenemos dentro de la organización, formando parte de nuestra plantilla. Además, estos profesionales conocen muy bien el trabajo y los circuitos de la empresa, por lo que no requieren de formación adicional ni pasar por un proceso de adaptación.
Existen 5 puntos clave en la estrategia de gestión de talento interno

1. Descubrir el talento: A veces, el talento de los trabajadores se encuentra oculto, invisible para la organización, realizando tareas en las que no pueden lucirse ni dar rienda suelta a su potencial. En este aspecto juegan un papel básico el departamento de Recursos Humanos y, especialmente, los supervisores o mandos intermedios de cada área o departamento. El talento no es siempre fácil de descubrir, por lo que es necesario contar o formar adecuadamente a los mandos intermedios en desarrollo competencial y gestión de habilidades.
2. Utilizar el talento adecuadamente: Una vez detectado el talento, llega la parte fundamental el proceso: ubicar a cada trabajador en el nivel jerárquico o competencial más adecuado para que ese potencial no quede oculto con tareas, funciones y responsabilidades que no respondan con el perfil y posibilidades de cada trabajador. La persona o personas encargadas de esta planificación del talento deben ser perfectos conocedores de la estructura y funcionamiento de la empresa para poder encajar los distintos talentos en diversos puestos, jerarquías y responsabilidades sin que, en ningún momento, pueda verse comprometido el correcto funcionamiento del conjunto de la organización.
3. Motivar y retener el talento: Es fundamental retener los mejores talentos dentro de la empresa y esto sólo se puede conseguir con una completa motivación, que satisfaga tanto las necesidades económicas, como de reconocimiento, bienestar y desarrollo personal y profesional. Si el empleado no se siente a gusto en la empresa, tarde o temprano acabará aceptando una oferta de la competencia.
4. Crear nuevos talentos: El talento también se crea. Para conseguir nuevos talentos dentro de la organización y encajar, alimentar y mejorar el que ya ha sido detectado, es necesario involucrar a los empleados en nuevos retos constantemente y crear un entorno en la empresa donde se prime la polivalencia, la proactividad, la autonomía y los deseos de autosuperación.
5. Adaptar la organización al talento de sus miembros: El sistema económico y empresarial se caracteriza en la actualidad por la globalización, la interrelación de factores y los cambios a velocidad de vértigo. Las empresas deben ser capaces de adaptarse a este tipo de contexto, lo que en ocasiones puede significar adaptar también la forma de funcionar de la propia organización al talento de sus empleados. Es frecuente que las empresas tengan unos sistemas de producción tan rígidos que dificultan, e incluso impiden, que los empleados puedan expresar su talento y creatividad.

EVALUACIÓN DE  LOS RESULTADOS DE LA FORMACIÓNResultado de imagen para politicas DEL TALENTO HUMANO

A partir de los requerimientos de formación (Ficha de Perfil Profesional o análisis de las tareas) de cada uno de los puestos de trabajo y de las cualificaciones de los trabajadores asignados a cada uno de ellos (Ficha personal de formación o análisis de personas), obtendremos como resultado de esa identificación el déficit formativo de cada una de esas personas, que en conjunto son las necesidades formativas que constituirán el Plan de Formación a llevar a cabo.

Las necesidades de formación requeridas por cada trabajador se deben relacionar en un documento, indicando para cada una de las especificaciones, tanto si se trata de acciones formativas, instrucción en el puesto de trabajo, etc., teniendo en cuenta los siguientes aspectos:

Indicar el grado de prioridad (1), imprescindible para lograr los objetivos del proyecto; (2) importante, no afecta de inmediato los objetivos y (3) aplazable, no afecta a los objetivos.

Una vez realizado este análisis, obtendremos una serie de documentos (uno por cada puesto de trabajo), en el que tendremos la relación de las personas que ocuparán los puestos, las necesidades de formación para cada persona, especificada si se trata de cursos, o bien de instrucción con estancia en el puesto de trabajo, así como también el grado de prioridad que se ha establecido.

POLÍTICAS DE DESARROLLO DEL TALENTO DENTRO DE LA ORGANIZACIÓN

Una vez establecido el diagnóstico actual, debe procederse a la elaboración de las políticas de formación y a los objetivos generales y particulares de las distintas acciones formativas que integren el plan.

Las políticas de formación deben de ser compatibles con las políticas generales de la empresa. Los objetivos de la acción formativa reflejan el comportamiento profesional que se espera obtener de los empleados receptores de la formación, orientando a los responsables del diseño de las acciones formativas sobre las restantes decisiones a tomar.

Estos objetivos deben formularse de forma clara y precisa, debiendo expresarse, en primer lugar, en términos de expectativas, es decir, enunciar lo que el empleado debe
“ser capaz de hacer” utilizando para ello, verbos de acción que expresen el resultado esperado en el empleado, una vez finalizada la acción formativa; en segundo lugar, los niveles en los que deberán aprender los conocimientos; estos niveles oscilan desde la información o simple conocimiento de su existencia hasta el dominio metodológico, según el cual, además de dominarlos, deben ser capaces de dar nuevas aplicaciones; en tercer lugar, deben indicar las condiciones en que tendrán que aprender y aplicar lo aprendido, como por ejemplo, el material, tiempo e información disponible, dificultades etc.
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Los objetivos deben ser establecidos a un triple nivel:
Cognoscitivo: cosas que hay que saber.
Operacional: cosas que hay que saber hacer.
Actitudinal: actitudes que se quieren fomentar en los formandos.

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