La
desvinculaciones es “poco agradable” tanto para la persona despedida como para
la que lo hace, es un hecho innegable; el momento de la comunicación, así como
todo el proceso posterior (en algunos casos incluso el periodo de tiempo previo
a la comunicación), supone una situación en que las emociones se encuentran a
muy presentes, pero en la mayoría de las ocasiones, obviando este hecho, se
trata de que sea un instante lo más breve posible.
Si bien es
cierto que la actual situación del mercado de trabajo obliga a que la
desvinculación laboral sea una constante en muchas empresas, si no se gestiona
de forma acertada, las consecuencias pueden ser muy negativas, no solo para el
trabajador que abandona la organización y que evidentemente es el más perjudicado;
sino también para el superior o directivo a quien puede suponer una elevación
de su nivel de estrés; para la empresa, que puede perder imagen hacia el
exterior a la vez que compromiso e identificación por parte de sus empleados; y
para éstos últimos, los miembros del equipo de la persona despedida, que se
verán probablemente reflejados en su compañero.
¿Cuáles son
los motivos para la desvinculación entre empresa y persona?
Si nos
retrotraemos al principio del origen, cuando alguien entra en una nueva compañía
viene cargada de ilusiones y de expectativas.
El cumplimiento de esas esperanzas en el tiempo es lo que marcara su duración
en la compañía o el desencanto que le hará desmotivarse para poder buscar otro destino.
En la
organización ocurre algo parecido. Las personas que acogen al ser humano que
entra nuevo en la organización, también se generan unas expectativas y una idea
sobre su trabajo y adaptación en la compañía. Poco a poco van descubriendo si
lo que pensaban se cumple o sin embargo se va generando un ambiente poco
propicio para esa persona.
Además está
el Cambio que se
produce inevitablemente en las personas, y también en las organizaciones. En
las personas es más evidente, ya que según va pasando el tiempo les cambian sus
circunstancias, su entorno, su forma de ver la vida, su experiencia y su
actitud respecto a lo que pasa en la empresa. En las empresas el cambio está
relacionado con las personas, estas van cambiando y a la vez se van
incorporando nuevas personas que hacen que las organizaciones cambien, casi sin
poder evitarlo.
La resiliencia, ese estado que
nos permite soportar situaciones traumáticas, está siendo muy utilizada en el
trabajo. Aguantamos situaciones porque necesitamos una retribución con la que
poder gestionar nuestra vida. Esa resiliencia nos puede hacer “resistentes”
pero no inmunes. Si estamos en un sitio donde no encajamos, donde estamos
hartos, donde la tensión es insoportable y constante, seguramente daremos con
un día en que todo estalla y decidimos, o “nos deciden” que hasta aquí hemos
llegado.
Si buscamos
las causas más frecuentes de desvinculación entre personas y empresas, bien por
despido o por baja voluntaria, encontramos las siguientes:
- Desalineación de objetivos: Los
objetivos de la compañía y de la persona no se encuentran alineados
- Desmotivación:
Existe una desgana por parte de unos u otros por todo el histórico acontecido y
por las cosas que han pasado.
- Conflictos: Como
la vida misma, las empresas son grupos sociales donde se producen roces,
rencillas y conflictos. Algunos llegan al “punto de no retorno”. Esta es una de
las principales causas de desvinculación.
Si buscamos
en el origen, cuando reclutamos a la persona para la organización, seguramente
no existía ninguna de estas circunstancias, pero han aparecido con el tiempo.
¿Qué podemos hacer para que en nuestra organización se integren personas que en
el tiempo no estén desalineadas con los objetivos, no se desmotiven y no se
produzcan conflictos?. Como defendí en anteriores artículos una de las claves
estaría en la Selección
por Virtudes, consistente en atraer hacia nuestra organización
personas con habilidades técnicas, pero también con Virtudes que se encuentren
alineadas con nuestra Cultura
Empresarial y con los objetivos que tenemos.
La reflexión
que hacemos es que cuando incorporamos a personas exclusivamente por su capacidad técnica, podemos
entrar en causa de desvinculación con el tiempo. Si los atraemos por sus Valores debemos tener en
cuenta que o comprobamos su firmeza con Evidencias
o bien nos arriesgamos a que esos valores no sean los que defiende la persona,
o incluso algo que cada vez es más habitual: que los Valores cambien.
Por eso
defiendo las Virtudes como
concepto de rasgo inherente al ser humano y que forma parte de su Ser, es decir que es
difícilmente alterable porque su forma de actuar va en consonancia con lo que
es como persona.
Descubrir
las Virtudes y poder tener evidencias de ellas sería el reto de los
Departamentos de atracción del talento en las organizaciones.
Es necesario y pertinente admitir que dentro de las
organizaciones y empresas es común encontrar entre sus filas, un perfil de
empleado al que hay que prestar una atención especial. Es el empleado del que
posiblemente no vaya a dejar mañana o quizá en unos meses la empresa, pero está
constantemente indagando las ofertas de empleo, dejando curriculums en todas
partes en donde vea un potencial y esta en constante espera de una mejor oportunidad
laboral. Es posible considerar que este tipo de empleados no están motivados,
ni se consideran a si mismos como suficientemente valorados, ni tampoco se
identifican con sus actuales empresas, pero por el contrario, son los que
forman parte del grupo considerados como la ‘élite’. Este perfil es un
auténtico riesgo, ya que estos perfiles de empleados con edades entre los 30 y
45 años, llegan a poseer una alta empleabilidad y además pueden potencialmente
llegar a la dirección de la organización.
Este tipo de situaciones resulta difícil de
apreciar por las empresas ya que no se dan tiempo para investigar o conocer las
necesidades, intereses personales y profesionales y hasta las preocupaciones de
sus empleados, hasta que lamentablemente es demasiado tarde. Por esta razón las
empresas deben plantearse la estrategia de recursos humanos que las oriente a
mantener satisfechos a sus mejores empleados. Es precisamente el momento de
realizar un gran esfuerzo por retener a los empelados que verdaderamente merecen
la pena antes de que la competencia los haga por su cuenta.
PROPUESTAS DE ALTERNATIVAS PARA
LA PERMANENCIA DE LAS PERSONAS EN LA ORGANIZACIÓN
El salario emocional: Aun y
cuando en estos tiempos de crisis el ingreso es sumamente importante
para los empleados, no es difícil racionalizar que el sueldo y los beneficios
monetarios son importantes, pero según las encuestas anteriores los empleados
valoran cada vez más los beneficios no monetarios. Éstos mejoran la
calidad
de vida del empleado, por lo tanto la empresa debe ser innovadora en la forma
de elaborar estrategias cuyo objetivo sea la retención y fidelización de empleados.
La relación con el empleado o cliente interno: a
relación de la organización con el empleado, es la variable que diferencia
entre unas y otras. Como dicen James C. Collins y Jerry I. Porras, “Una ideología
organizacional clara y bien expresada, atrae a la empresa a personas cuyos
valores personales son compatibles con los valores centrales de la misma. Y a la
inversa; repele a aquellos cuyos valores personales son incompatibles”. Es necesario
para las organizaciones el fomentar una relación fluida y especial entre
el
empleado y su jefe superior directo, ya que esta relación es la que realmente
decidirá
su permanencia futura en su lugar de trabajo.
El
concepto de trabajo flexible: Uno de
los aspectos que se consideran como parte de los beneficios que ofrece
una organización a sus candidatos a ingreso, y es el concerniente a la flexibilidad
laboral. Hay que considera factores propios de los tiempos actuales tales
como que en el caso de parejas casadas, aun con hijos, ambos trabajen, y por lo
tanto buscan un equilibrio entre sus trabajos y su vida familiar, apoyados
precisamente
en sus talentos, y esto significa que la organización debe buscar conciliar
estos dos aspectos: interés en el trabajo y en la vida familiar. Esto puede lograrse
buscando que el futuro empleado se interese en canjear horas de su tiempo
libre por horas en su jornada de trabajo.
El
reconocimiento positivo:
Tan
importante como el esfuerzo es el que la organización pueda ser capaz
de reconocer el comportamiento y desempeño de los empleados y esto se traduce
en efectos tangibles y positivos al incrementar los niveles de satisfacción y
retención, así como al mejorar la rentabilidad y productividad de la
organización a
todos los niveles y es una eficiente política de reducción de costos. El
empleado que se siente apreciado y reconocido posee una actitu positiva,
mayor confianza en sí mismo y destaca su habilidad para contribuir y colaborar
en equipo. Los empleados que poseen la suficiente autoestima, son potencialmente
los mejores asociados. Si la organización logra satisfacer de este modo a
sus empleados, es posible crear un entorno vital, agradable, motivador y enérgico
para triunfar y destacar la participación de la organización en sus mercados.
Incorporar el reconocimiento como base de una cultura de la empresa, es
posible crear y mantener un clima laboral positivo y productivo.
Reconocimiento
informal: Se
trata de un sistema que de una forma simple, inmediata y con bajo costo
refuerza el comportamiento de los empleados. Se puede poner en práctica por
cualquier directivo, con un mínimo de planificación y esfuerzo, como por ejemplo,
entregar una nota, una tarjeta o carta de agradecimiento, un correo electrónico,
o un agradecimiento público inesperado. Podríamos
también desglosarlo en reconocimiento informal sin costo alguno
o con bajo costo, según se acompañe o no con algún tipo de premio, regalo
o detalle.
Reconocimiento
formal: Este
tipo se considera fundamental para construir una cultura de reconocimiento
y su efecto, cuando se realiza
eficazmente, es muy visible en cuanto
a resultados y rentabilidad. Se utiliza comúnmente para felicitar a un empleado
por sus años de antigüedad en la empresa, celebrar los objetivos y
logros
de la organización, reconocer a la gente extraordinaria, reforzar actividades
y aportaciones, afianzar conductas deseadas y demostradas, premiar un
buen servicio, o bien, reconocer un trabajo bien hecho. El
reconocimiento formal es la base de una estrategia de reconocimiento que,
orienta eficazmente hacia la retención de empleados. Enseguida
se muestran algunas acciones propuestas para considerar la retención
de los mejores empleados como una estrategia prioritaria en las funciones
de gestión de recursos humanos:
a.La
mejor forma de motivar a los empleados es ampliando sus responsabilidades
y hacerlos partícipes del funcionamiento de la empresa.
b.Si el
trabajador calificado como potencial a promoción, es primordial, especialmente
si es joven y tiene gran potencial; es importante mantener la
experiencia, siempre es conveniente dejar un espacio a las ideas
nuevas
y a las personas jóvenes.
c.Una estrategia
para motivar a los empleados (aparte de una remuneración
justa y responsabilidades), consiste en darles un espacio en la
toma de decisiones a nivel de gerencia y dirección , con el doble fin de que
obtengan experiencia y además se hagan partícipes del desarrollo
de la empresa, lógicamente, este proceso es delicado y requiere
de controles muy específicos.
d.Las
empresas cuando envejecen, sufren generalmente de un problema: son
creadoras de una o varias personas que resultan vitales (el fundador,
el gerente de veinte años etc), cuando dichos elementos salen se dan
vacíos de poder y existe peligro para el desarrollo empresarial y la
misma supervivencia. Es necesario tanto ofrecer candidaturas, asi como
formación de nuevas generaciones, y ocuparse de formar un plan de
vida para las personas que se retiran, deben ser los dos aspectos en paralelo,
para dejar trascendencia en los empleados que se retiran
e.Otro
aspecto de igual de importante es el desarrollo de habilidades emprendedoras
en los empleados para futura supervivencia personal.
La
gestión del recurso humano en un mundo tan competitivo y cambiante como
el actualmente experimentamos, no es sinónimo de éxito el tener las mejores
estrategias publicitarias, financieras, etc., ahora lo que más diferencia a una
compañía de otra, es la calidad de su gente, especialmente aquella que tiene ideas
brillantes, que trabaja con mucho entusiasmo, luchando porque los objetivos
de la organización se cumplan en su totalidad y de la manera más eficaz
y eficiente.
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